Hace unos días se subastó por 2,6 millones de euros una guitarra de John Lennon; en febrero
Mark Knopfler recaudó unos 10,4 millones más de un 25% irá a causas caritativas por 89
guitarras eléctricas, 22 acústicas y diez amplificadores, mientras que en noviembre por la
última de Kurt Cobain se pagaron 1,4 millones. Por si no queda claro, hay guitarras y
guitarras, unas son para tocarlas y otras, además, son piezas de museo y una buena
inversión.
Los amantes de las guitarras están de enhorabuena porque el viernes se inaugura en
Barcelona, en la calle Portaferrissa, el Legends Guitar Hall, un museo de más de 1.000
m2dedicado en cuerpo y alma al instrumento que revolucionó la música popular en los años
cincuenta. No habrá ninguna de las guitarras nombradas más arriba, pero sí algunas que han
sido tocadas por Eric Clapton, Ritchie Blackmore, Paul Stanley o Slash, así como la Gibson
Melody Maker que perteneció tres décadas a Gary Moore o uno de los cinco bajos Music Man
Stingray que Cliff Williams tocó desde 1976 con AC/DC.
Más de 1.000 m2 inmersivos para tratar la historia del siglo XX a través del instrumento más icónico
del rock.
Junto a estos pedazos de historia convivirán ediciones únicas, muy limitadas, de guitarras que
se encuentran fuera de mercado pero que por su importancia han sido fielmente replicadas por
las marcas. Es el caso de la Greeny, la mítica guitarra que perteneció a Peter Green de
Fleetwood Mac, pasó a manos de Gary Moore y en la actualidad pertenece a Kirk Hammett,
de Metallica. El museo mostrará una de las 50 réplicas de esta Gibson Les Paul de 1959 con
un sonido único de acuerdo con los conocedores del misterio. O de la SG Special que la
Custom Shop de Gibson modeló a imagen de la de Pete Townshend, una de las 10 réplicas
realizadas en el 2000 que el guitarrista de The Who tocó personalmente y firmó.
Son piezas únicas que harán las delicias de los amantes del rock y especialmente de los
coleccionistas como Juan José Castellano, el nombre que se encuentra tras este proyecto, con
el que pretende mostrar al público las guitarras que posee en la actualidad mientras se hace
un viaje por la historia de la electrificación de las seis cuerdas. Para ello cuenta con el trabajo
del grupo Transversal, responsable de la museización de espacios como La Pedrera o la casa
natal de Salvador Dalí. Juntos han trabajado para que el visitante pueda recorrer las épocas
que han marcado la guitarra en varios espacios inmersivos y un montón de fotografías, la
mayoría de Francesc Fàbregas por donde se pasea con audioguía, porque no se trata solo de
ver guitarras sino de un proyecto que quiere ser divulgativo y explicar la historia del siglo XX a
través del rock, explica Castellano.
Así, el visitante podrá entrar en un bar de blues de Tennessee hacia los años cincuenta, un
plató de televisión que homenajea los programas que difundieron la nueva música, introducirse
en la época de los festivales de los sesenta, ver la explosión de las tiendas de discos en los
setenta y la aparición de los videoclips y la MTV en los ochenta o la llegada del rock a los
grandes estadios. Será un proyecto inmersivo tanto a nivel sonoro como visual, destaca
Castellano, que hace hincapié en que el espectador interaccione con el espacio. Además,
también habrá un pequeño escenario para actuaciones en directo, pero también, a través de
colaboraciones con tiendas y marcas, podrán haber encuentros con músicos y presentaciones.
No tenemos ninguna intención de convertirnos en una sala de conciertos, pero sí que puedan
dar vida en el espacio, que sea un lugar donde sucedan cosas, dice Castellano.